148.- Apaños entre políticos y bandoleros.

Ya sabemos el apaño político al que llegaron en el año 1995 el Ministerio del Interior capitaneado en aquella época por Juan Alberto Belloc y su lacayo de turno el Fiscal General del Estado, con el que fuera director de la guardia civil. O sea, el prófugo Roldán, uno de los delincuentes más famosos que ha tenido este a veces “cutre país de pillos” en el que vivimos, y que fue condenado a 31 años de cárcel por malversación, cohecho, estafa, falsificación y delitos contra la Hacienda Pública y a pagar una indemnización al Estado Español de casi 10 millones de euros, ampliándose otros 3 años más de cárcel por el caso Urralburu.

¡Vamos!, que cometió un buen muestrario de delitos, y encima se permitió el lujo de fugarse, llegando a estar hasta 10 meses en orden de busca y captura por todo el mundo.

Entonces dicho esto, ya podemos confirmar cual fue el apaño al que llegaron las autoridades españolas con el fugitivo este, para que se entregara y así terminar con el bochorno que le supuso a aquel gobierno, la fuga del que fue máximo jefe de la guardia civil.

Fijaros bien, que al bicho este lo metieron en la cárcel en el año 1995 y tan solo 5 años después ya disfrutaba de multitud de permisos especiales. Pero es que 5 años después, ya en el 2005 lo trasladaron a Zaragoza su ciudad natal, en donde hasta ayer disfrutaba del segundo grado penitenciario, o sea que desde el 2005 solo pisaba la cárcel para dormir.

O sea, que desde ayer 19 de Marzo, este bandolero queda libre de la cárcel, habiendo solo cumplido 7 u 8 años de cárcel si contamos el tiempo que en realidad ha estado en ella, y sin devolver los casi 10 millones de euros que la justicia le condenó a pagar.

Vaya forma que tienen algunos delincuentes de saldar sus cuentas con la justicia. Así nos luce el pelo. Y mientras tanto nuestros gobernantes siguen sesteando ante tales atropellos. Pero, es que ni se inmutan. Claro, que ellos dirán que mientras les demos nuestros votos, les suda la pera por donde tenemos que meternos nuestra indignación.

Luego nos cabreamos, cuando nos dicen que los españoles vivimos en el norte de África. Con estos espectáculos de damos no es para menos. Cada vez y con más frecuencia nos parecemos más esos países bananeros de los que tanto criticamos, en los que la democracia brilla por su ausencia. Por eso no conviene olvidar, que en un verdadero estado de derecho, es tan delincuente el que comete un delito, como el que lo encubre, lo induce, o conociéndolo y siendo consciente del mismo, no lo denuncia.

Qatsi.

Viñeta: http://enriqueventura.es/etiqueta/luis-roldan/