sábado, 21 de abril de 2007

26.- Cosas que no se recuperan.

Una chica estaba aguardando su vuelo en una sala de espera de un gran aeropuerto. Como debía esperar por muchas horas, decidió comprar un libro para matar el tiempo. También compró un paquete de galletas.
Se sentó en un sillón de la sala VIP del aeropuerto para poder descansar y leer en paz. Al lado del sillón donde estaba la bolsa de galletas, se sentó un hombre que abrió una revista y comenzó a leer. Cuando ella tomó la primera galleta, el hombre también tomó una.
Ella se sintió indignada, pero no dijo nada. Apenas pensó: "Pero, que descarado". "Si yo estuviese más dispuesta le daría un golpe en el ojo para que nunca más se le olvide." Cada vez que ella tomaba una galleta, el hombre también tomaba una. Aquello la dejaba tan indignada que no conseguía reaccionar. Cuando quedaba apenas una galleta, pensó: "¡ah!... ¿qué será lo que este abusador va a hacer ahora?"
Entonces el hombre dividió la última galleta por la mitad, dejando la otra mitad para ella. ¡Ah! ¡Aquello era demasiado! ¡Se puso a bufar de la rabia!
Entonces cerró su libro y sus cosas y se dirigió al sitio de embarque.
Cuando se sentó confortablemente en su asiento, ya en el interior del avión, miró dentro de la bolsa y para su sorpresa su paquete de galletas estaba allí... ¡todavía intacto, cerradito! Sintió mucha, mucha, mucha vergüenza.
Sólo entonces percibió lo equivocada que estaba ¡Había olvidado que sus galletas estaban guardadas dentro de su bolsa!
El hombre había compartido sus galletas sin sentirse indignado, nervioso, consternado o alterado, mientras que ella quedó muy trastornada, pensando que estaba compartiendo las de ella con él. Y ya no hubo tiempo para dar explicaciones... ni para pedir disculpas.
Hay que ver. ¿Cuántas veces, en nuestras vidas, estamos comiendo las galletas de los demás y no somos conscientes de ello?
Moraleja:
¡Antes de llegar a una conclusión, observa mejor! ¡Tal vez las cosas no sean exactamente como piensas!
No pienses lo que no sabes acerca de las personas.
Todos debemos de saber que existen cuatro cosas en la vida que no se recuperan jamás:
- Una piedra después de haber sido lanzada.
- Una palabra, después de haber sido proferida.
- Una oportunidad, después de haberse perdido.
- El tiempo, después de haber pasado.

domingo, 8 de abril de 2007

25.- Cifras de escándalo.

Señores políticos del PSOE, PP e IU. Necesitamos una explicación urgente debido a los datos sobre el paro, que han aparecido en un diario regional este domingo 8 de Abril. ¿Estos datos sobre el paro en Almendralejo son ciertos?. ¿Es cierta esta barbaridad?
La noticia dice que en Almendralejo hay 4.065 personas en el paro, de estos 2.983 son mujeres y 1.082 son hombres. ¡¡¡Que pasada!!! Si añadimos que aproximadamente 20.800 son las personas con edad para trabajar, descontando a los niños y a los jubilados, esto hace una tasa de paro del 19,54 %. Pero jugando más con las cifras y considerando que en edad de trabajar la mitad son mujeres y la mitad hombres, la tasa de paro entre las mujeres es del 28,68%. ¡¡¡Que espanto!!! ¿Como se puede permitir esto?
Estoy totalmente escandalizado y me resisto a creer que estos datos son verdad. Les pido a los responsables que aclaren esta situación o esta noticia, porque estas cifras son vergonzantes para cualquier almendralejense.
Fijaros, para que os hagáis una idea, los países con más tasa de paro dentro de la Comunidad Europea, son Eslovaquia con el 12% y Polonia con el 12,8%, nosotros estamos aproximadamente 7 puntos por encima.
Menos mal que somos la Ciudad Industrial de Extremadura.
Qatsi.

jueves, 5 de abril de 2007

24.- Las guerras mienten.

Según la agencia de noticias rusa Ria Novosti, Irán será bombardeado la madrugada del 6 de Abril. Vuelve aparecer el fantasma de las casualidades. De verdad será por el peligro nuclear o tendrá algo que ver con el hecho de que Irán, contenga una de las reservas de gas más ricas del mundo. Conviene recordar que los Yankis son los únicos que han descargado bombas nucleares sobre la población civil en Hiroshima y Nagasaki.
Eduardo Galeano, distinguido periodista y escritor uruguayo, piensa que las guerras no ocurren por las nobles razones: de la seguridad internacional, la dignidad nacional, la democracia, la libertad, el orden, el mandato de la civilización o la voluntad de Dios. En realidad, ninguno de los que montan este tipo de salvajadas tiene la honestidad de confesar: "Yo mato para robar". Nada más tenemos que remitirnos a los hechos, para salir de dudas.
Por ejemplo, en el Congo no menos de tres millones de civiles murieron a lo largo de la guerra de cuatro años que está en suspenso desde fines de 2002.
Murieron por el coltan, pero ni ellos lo sabían. El coltan es un mineral raro, y su raro nombre designa la mezcla de dos raros minerales llamados columbita y tantalita. Poco o nada valía el coltan, hasta que se descubrió que era imprescindible para la fabricación de teléfonos móviles, naves espaciales, computadoras y misiles, y entonces pasó a ser más caro que el oro.
Casi todas las reservas conocidas de coltan están en las arenas del Congo. Hace más de cuarenta años, Patricio Lumumba fue sacrificado en un altar de oro y diamantes. Su país vuelve a matarlo cada día. El Congo es un país pobrísimo, pero a la vez riquísimo en minerales, y ese regalo de la naturaleza se sigue convirtiendo en maldición de la historia. Los africanos llaman al petróleo "mierda del Diablo".
En 1978 se descubrió petróleo en el sur de Sudán. Siete años después, se sabe que las reservas llegan a más del doble, y la mayor cantidad yace al oeste del país, en la región de Darfur. Allí ha ocurrido recientemente, y sigue ocurriendo, otra matanza. Muchos campesinos negros, dos millones según algunas estimaciones, han huido o han sucumbido, por bala, cuchillo o hambre, al paso de las milicias árabes que el gobierno respalda con tanques y helicópteros. Esta guerra se disfraza de conflicto étnico y religioso entre los pastores árabes, islámicos, y los labriegos negros, cristianos y animistas. Pero ocurre que las aldeas incendiadas y los cultivos arrasados estaban donde ahora empiezan a estar las torres petroleras que perforan la tierra.
La negación de la evidencia, injustamente atribuida a los borrachos, es la más notoria costumbre del presidente del planeta, que gracias a Dios no bebe una gota. Él sigue afirmando, un día sí y otro también, que su guerra de Irak no tiene nada que ver con el petróleo. "Sistemáticamente nos han estado engañado y nos han ocultando información". Allá por 1920 escribía desde Irak, un tal Lawrence de Arabia: "El pueblo de Inglaterra ha sido llevado a Mesopotamia para caer en una trampa de la que será difícil salir con dignidad y con honor". Yo sé que la historia no se repite, pero a veces dudo.
Desde luego, estas reflexiones de Eduardo Galeano, me parecen muy acertadas. Siempre que hay algo que interese a los de siempre, y que se encuentra en un país pobre, lo primero que hacen es organizarles una guerra, y mientras tanto les roban todo aquello que les interesa. Son ya muchas casualidades.
¡Ah!, esperemos que la noticia de agencia rusa sea un farol.