jueves, 5 de abril de 2007

24.- Las guerras mienten.

Según la agencia de noticias rusa Ria Novosti, Irán será bombardeado la madrugada del 6 de Abril. Vuelve aparecer el fantasma de las casualidades. De verdad será por el peligro nuclear o tendrá algo que ver con el hecho de que Irán, contenga una de las reservas de gas más ricas del mundo. Conviene recordar que los Yankis son los únicos que han descargado bombas nucleares sobre la población civil en Hiroshima y Nagasaki.
Eduardo Galeano, distinguido periodista y escritor uruguayo, piensa que las guerras no ocurren por las nobles razones: de la seguridad internacional, la dignidad nacional, la democracia, la libertad, el orden, el mandato de la civilización o la voluntad de Dios. En realidad, ninguno de los que montan este tipo de salvajadas tiene la honestidad de confesar: "Yo mato para robar". Nada más tenemos que remitirnos a los hechos, para salir de dudas.
Por ejemplo, en el Congo no menos de tres millones de civiles murieron a lo largo de la guerra de cuatro años que está en suspenso desde fines de 2002.
Murieron por el coltan, pero ni ellos lo sabían. El coltan es un mineral raro, y su raro nombre designa la mezcla de dos raros minerales llamados columbita y tantalita. Poco o nada valía el coltan, hasta que se descubrió que era imprescindible para la fabricación de teléfonos móviles, naves espaciales, computadoras y misiles, y entonces pasó a ser más caro que el oro.
Casi todas las reservas conocidas de coltan están en las arenas del Congo. Hace más de cuarenta años, Patricio Lumumba fue sacrificado en un altar de oro y diamantes. Su país vuelve a matarlo cada día. El Congo es un país pobrísimo, pero a la vez riquísimo en minerales, y ese regalo de la naturaleza se sigue convirtiendo en maldición de la historia. Los africanos llaman al petróleo "mierda del Diablo".
En 1978 se descubrió petróleo en el sur de Sudán. Siete años después, se sabe que las reservas llegan a más del doble, y la mayor cantidad yace al oeste del país, en la región de Darfur. Allí ha ocurrido recientemente, y sigue ocurriendo, otra matanza. Muchos campesinos negros, dos millones según algunas estimaciones, han huido o han sucumbido, por bala, cuchillo o hambre, al paso de las milicias árabes que el gobierno respalda con tanques y helicópteros. Esta guerra se disfraza de conflicto étnico y religioso entre los pastores árabes, islámicos, y los labriegos negros, cristianos y animistas. Pero ocurre que las aldeas incendiadas y los cultivos arrasados estaban donde ahora empiezan a estar las torres petroleras que perforan la tierra.
La negación de la evidencia, injustamente atribuida a los borrachos, es la más notoria costumbre del presidente del planeta, que gracias a Dios no bebe una gota. Él sigue afirmando, un día sí y otro también, que su guerra de Irak no tiene nada que ver con el petróleo. "Sistemáticamente nos han estado engañado y nos han ocultando información". Allá por 1920 escribía desde Irak, un tal Lawrence de Arabia: "El pueblo de Inglaterra ha sido llevado a Mesopotamia para caer en una trampa de la que será difícil salir con dignidad y con honor". Yo sé que la historia no se repite, pero a veces dudo.
Desde luego, estas reflexiones de Eduardo Galeano, me parecen muy acertadas. Siempre que hay algo que interese a los de siempre, y que se encuentra en un país pobre, lo primero que hacen es organizarles una guerra, y mientras tanto les roban todo aquello que les interesa. Son ya muchas casualidades.
¡Ah!, esperemos que la noticia de agencia rusa sea un farol.

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