martes, 15 de septiembre de 2020

La Gran Mentira.

Decían que España era un milagro económico y resultó ser un globo. Se nos pinchó y se acabó la fiesta y nos quedamos con los gorritos, los matasuegras y la cara de tontos. Decían que teníamos un sistema financiero de Champions y la crisis mostró que era otro gol que nos habían colado para ocultar cómo jugaban con nuestro dinero al casino. Decían también que teníamos la mejor sanidad del mundo y el coronavirus ha demostrado que era un bulo para esconder cómo la habían dejado en los huesos. Decían que el rey era ejemplar a la par que campechano y que la Transición era modélica y ya hemos visto que todo lo contrario, que ejemplo de golfería y modelo de pícaros. Moraleja: de lo que digan, hay que pensar lo contrario.  
Cuando nos cuenten que somos los más altos y los más guapos, pensemos qué fealdad y bajeza nos estarán ocultando. Cuando estos amos te acarician el lomo, es que están a punto de llevarte a castrar al veterinario. La idea es castrarnos al resto para que no les castremos a ellos. España es un país que camina sobre una lujosa alfombra de mentiras que cubren la cloaca donde han desaguado toda la pocilga. De tanto en tanto, las cloacas rebosan y asoman su lengua por los bordes de la moqueta. Rebosa la cloaca del PP, rebosa la cloaca del rey, rebosa la del PSOE andaluz, rebosa la del pujolismo y la del Ibex 35, antes rebosaron la del felipismo, el aznarismo y todos los ismos que en este país han sido.  
Desde la Transición, las cloacas no han dejado de vomitar. Cuando esto ocurre, corren a tapar la cloaca con más alfombras a las que el periodismo pasa la aspiradora. Alfombras y más alfombras, como si fuéramos una tienda persa y vuelta a empezar porque la poza nunca se limpia. Si alguien se atreve a sugerir que habría que reformar el país, vaciar la alcantarilla, desempolvar las instituciones, abrir puertas y ventanas, airear y crear los mecanismos para que la mierda no nos coma, la respuesta es que no toca. No toca porque estamos en crisis, una crisis permanente causada por el problema que queremos extirpar. Las crisis que la corrupción provoca son la excusa para no limpiarla. La razón para no limpiar el polvo es que hay polvo, chúpate esa. El cáncer no se extirpa porque tenemos cáncer y al final el cáncer te mata, obvio. O produce excrecencias de la cloaca como Vox, que no viene a sanear el sistema como dicen sino a sostenerlo. A apuntalarlo. A apuntalar las paredes que se caen de un edificio ruinoso.
La gran mentira de España es que España va bien. Por eso es irreformable. Si todo va bien, para qué tocarlo. La primera condición del adicto para curarse de su adicción es reconocer que tiene una enfermedad, pero en este país el alcohólico se receta la medicina, más alcohol. El fuego no lo quieren apagar los bomberos sino los pirómanos. Los que crean el problema quieren traer la solución. A rey depuesto, rey puesto, a Casado lo aúpa Cospedal, a Susana Díaz la coloca Griñán, el pujolismo pone a Artur Mas y así todo. Alfombras y más alfombras.  
Una quincena de medios, entre ellos Carne Cruda, hemos tenido que organizarnos para encargar una encuesta con dinero del público que pregunte al personal por la monarquía porque no lo hace el Estado a quien corresponde. Sólo un tercio de los votantes actuales aprobó la Corona que se metió de tapado en un referéndum con todo lo demás porque si se preguntaba sólo por ella, salía que adiós al Borbón, como Suárez reconoció. Alfombras y más alfombras, como el papel de salvapatrias del rey en el 23F, otro tapiz más. No basta con pasar la aspiradora, tampoco con levantarlas o atizarlas con el sacudidor. Volveremos a tropezar con ellas mientras sigan ahí, mientras no se pongan los dispositivos para que haya transparencia, control y rendición de cuentas. España no necesita reformitas, necesita una reConstitución, un proceso constituyente, una ruptura. Quemar las alfombras, vaya.

Javier Gallego (Carne Cruda)
 
Viñeta de Bernal.
Fuente: https://www.eldiario.es/carnecruda/lo-llevamos-crudo/gran-mentira_132_6220874.html

miércoles, 2 de septiembre de 2020

Villarejo contra la mafia.

 
De todos es sabido que soy muy fan irredento de nuestra santa transición, esa que nos llevó del fascismo autocrático de Franco al franquismo votocrático de ahora. Y, también lo tengo dicho, el personaje más fascinante y admirable que encuentro en estos últimos cuarenta años de felicidad, belleza y progreso de España es el comisario José Villarejo. No me vayáis a tomar por un tragaldabas que burla tradiciones y patrióticos relatos. Vale: tampoco tengo un póster de don Pelayo en la cabecera de la cama. Pero José Villarejo ha hecho por España lo que muchos de vosotros no conseguisteis durante cuarenta años pos y cuarenta años franquistas: cargarse a un borbón. Eso sí es poesía. Eso sí es patriotismo.

Ahora nos anuncian que la jueza Belén Sánchez quiere imputar a Villarejo, nuestro Messi de las cloacas policiales, por apuñalar en 2014, y delante de su hijo, a la dermatóloga Elisa Pinto por orden de Javier López Madrid. "Hoy estarás feliz. En la última puñalada habrías disfrutado. En la tripa y de veinte centímetros. Su hijo pequeño chillando. Ella sangrando como una cerda", decía un mensaje telefónico recibido por López Madrid y que obra en poder de la jueza. En principio, el caso se sobreseyó. Pues ciertos policías aseguraron que la dermatóloga se había apuñalado a sí misma delante de su hijo. Algo muy típico entre feminazis y dermatólogas despechadas, como todo machirulo español sabe. Pero ahora parece ser que unas juezas social-comunistas quieren reabrir la causa obviando esta última evidencia sociológica.

Pongámonos en antecedentes con este López Madrid. Es yerno de Juan Miguel Villar Mir, fugaz ministro franquista bajo el palio agónico de Arias Navarro (el carnicerito de Málaga, lo bautizaron sus admiradores franquistas en 1937 por hazañas y razones obvias) y que recientemente compartió juzgado con su yerno en los casos Lezo y Púnica. Confraternidad familiar. Villar Mir, amigo íntimo de Franco y después de Juan Carlos I, nombró consiglieri a su apuesto yerno, hoy colega muy especial (no en plan Corinna, válgame dios) de nuestros ejemplares monarcas Letizia y Felipe Sextos: "Sabemos quién eres, sabes quiénes somos. Nos conocemos, nos queremos, nos respetamos. Lo demás, merde. Un beso, compi yogui. (I miss you!!!)", escribió nuestra reina, la de ahora, y ya siendo reina, cuando su compañero de yoga López Madrid fue imputado por las tarjetas black. ¿La mafia española no existe? No me digáis que no os dan ganas de poner a esta película una banda sonora de Nino Rota. Si se entera Mario Puzo, se levanta de la tumba para denunciar a España por plagio. Y la culpa será de Pablo Iglesias.

Lo que cuenta es que, a este paso, nuestro marveliano superhéroe garbancero Villarejo&Tal va a acabar cargándose a dos generaciones de borbones. Él solo. Ante el peligro. ¿No os dan ganas de cantarle eso de cómo no te voy a queré?

Al margen del affaire Villarejo; de que Miguel Blesa --ex presidente de Caja Madrid-- se suicidara con una escopeta más grande que él; de la casi decena de muertes extrañas relacionadas con la financiación ilegal del PP; de que un falso cura disfrazado, con implicaciones con el Centro Nacional de Inteligencia, se colara en el piso de Bárcenas y maniatara y amenazara de muerte a la esposa y los hijos del magnate, o mangante, para llevarse documentación comprometedora; de que el rey anduviera paseando maletines black por las cloacas bancarias ginebrinas; de que el yerno de un ministro franquista y empresario encargara a un policía el apuñalamiento de una ex novia compi yogui, a pesar de todo esto, yo no creo que en España exista mafia. Lo que existe es régimen. Nuestro régimen democrático consiste en ayunarnos democracia y beber de otros talentos. Y nos va de puta madre, quod erat demonstrandum. La mafia tiene más glamour. Pero nuestra podredumbre institucional pisa mejores moquetas.

Podría continuar páginas y páginas, si hoy existieran las páginas, cantando poéticas loas a nuestro comisario Villarejo y sus esfuerzos por narrarnos la reciente y florinante historia de España. Pues también nos contó el caso Nicolás, lo del ático impagable del impagable ex presidente madrileño Ignacio González, las maniobras del ex ministro rajoyista  Jorge Fernández Díaz para inventar causas judiciales contra los independentistas catalanes y Podemos, los encargos millonarios del BBVA por servicios de espionaje a empresarios y banqueros, y otras muchas lindezas que nos hacen sentir toreramemente orgullosos de ser muy españoles y mucho españoles. Villarejo es nuestra esencia. Villarejo es más que un toro. Villarejo es nuestra fiesta nacional. A Villarejo lo deberían juzgar en Las Ventas, con todos los honores, tras sacarlo a hombros de la cárcel y meterlo en la Real Academia de Nuestra Verdadera Historia.

Lo único que le reprocho yo a mi admirado Villarejo, después de tantos años de servicio a nuestra sacrosanta patria y su transparencia innegable, es que no haya descubierto una mafia troglodita. No importa si fuera una mafia pequeñita. Es por el capricho de hacernos una peli. Aunque sea de Coppola y no del gran Berlanga. Pero no ha habido suerte. Aquí solo disfrutamos de un régimen puro, casto y democrático. No de una mafia. No valemos para nada. Ni para hacer una peli. Ni una mafia. O sea.

PS a mis trolls: Los presuntamente socialistas y republicanos Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero acaban de firmar una carta para que Rodolfo Martín Villa no sea juzgado en Argentina por sus crímenes fascistas durante el franquismo y la transición. ¿No ves como no hay mafia, tonto l'haba? Eran tiempos plácidos, donde a los y a las coletas, sencillamente, se les mataba. Qué bien se vivía entonces. En nuestra santa transición. Vitoria. Sin ce. No es una errata.

Anibal Malvar. 

Fuente: https://blogs.publico.es/rosa-espinas/2020/09/02/villarejo-contra-la-mafia/

lunes, 6 de enero de 2020

España me hastía.

Me he dado cuenta de que, casi inconscientemente, evito ver las noticias, sobre todo en televisión. El nivel de sus locutores seniles o sus locutoras de vientre planísimo, la selección de lo que es o no noticia, la intención manipulante al desarrollar los contenidos, la falta de análisis o la exaltación del comentarista por encima de su profundidad y la youtubización me irritan.
Hacemos mal en mirar los fenómenos sociales aisladamente, con la observación alteramos su significado real. Son partes de estructuras complejas que no nos explican el qué pero sí nos ayudan a entender los por qués; la prensa actual es un reflejo de la estupidez general, el problema es la poca gente comprometida en luchar contra esa dinámica automatizada; igual pasa con la política, el Arte o el ambiente de la calle. La iconización del pensamiento: la sustitución de los conceptos y sus interrelaciones por imágenes y la posibilidad de saltar entre ellas aunque no guarden relación, marca dos momentos diferentes en la historia de la Razón humana.
Sí, estamos en un momento de cambio del paradigma del conocimiento: lo que viene, y perdonen la marxistada, no es más que la ideologización de la estructura económica impuesta: necesitamos una población precaria no formada, consumidora de basura icónica y de productos extremadamente caducos y destruibles y baratos, para generar la riqueza de una élite torpe, grosera y deshumanizada. Por eso destruimos el Sistema Educativo convirtiendo en guardería los colegios, en colegios los institutos y en FPs utilitarias a las universidades… el Saber es una opción personal e inútil, allá usted…
Estos días atrás he puesto en clase varios vídeos de Ana Orantes contando su vida de torturas y violaciones repartidas en familia; me he emocionado en clase viendo emocionarse a algunos alumnos, a algunas alumnas que deberían ser el futuro pero lo tendrán todo en contra. Hay quien piensa que esto que he hecho es manipular sus mentes (lo confunden con sensibilizar), en Córdoba han admitido una denuncia a una profesora por hacer esto mismo en clase: un país donde un Juzgado admite algo así y no procesa directamente a los denunciantes por mala fe al abusar de la Ley, no merece la pena.
España me hastía. O lo que sea España, e incluyo de momento a la catalanidad. Ahora mismo somos un país de techadores pero necesitamos cimentadores; la idea de la independencia catalana es legítima pero ha optado por la velocidad y el combustible de ese tren es el nacionalismo xenófobo y autolegitimante; al otro lado, España es una derrota sin proyecto y no me refiero a la construcción nacional sino a los ideales de justicia, humanidad, igualdad, democracia… El bucle nacionalista se alimenta mutuamente: cada victoria del gran líder y futuro héroe Puigdemont apuntala la fortaleza legionaria de Abascal, cada triunfo del españolismo ramplón de Casado o Sánchez eleva un nivel la santidad idiotizante de Junqueras… en una espiral demencial que sólo puede terminar en una guerra… y lo saben, lo saben y les da igual, no lo olviden, si escribo esto es para que un documento coetáneo ponga en su sitio real a estos locos generadores de dolor que algún día, dependiendo del lado de la línea en el que estén, serán modelos o villanos.
Y vamos a otras elecciones… así hasta la total destrucción del Estado. Se empieza a hablar de “Spaxit” en esta locura disgregadora… Yo nunca he sido pro-UE porque nunca me pareció que Europa sirviera por igual para el comercio que para los derechos, pero este ansia de desmontaje súbito me agobia, qué coño pasa, ¿por qué esta colapsofilia acratizante sin alternativas? ¿A dónde nos quieren dirigir?
Sánchez no puede pactar con el independentismo catalán porque si cede a lo propuesto se invalida como Presidente de un Gobierno Español, sería como presidir el Barça y firmar perder por cinco goles con el Madrid a fin de mantener esa presidencia. No tiene opciones y lo sabe, y los catalanes lo saben y ya actúan como xenófobos: les importa un carajo que el resto de España se vaya a la mierda si consiguen la hipóstasis de la barretina.
La elevación de la estupidez, de la inconsecuencia, la imposición de lo preideológico y de lo prejuicioso me están agotando como ciudadano, como persona… me hastía: Sánchez debe convocar elecciones otra vez, ERC debe abandonar las veleidades independentistas y volver a la Ley para trabajar esa advocación a la larga, PP y Cs deben convocar elecciones en Andalucía, en Madrid y otros sitios, romper todo vínculo fascista… deben formar gobiernos democráticos, plurales, complejos, y empezar a trabajar ya contra el totalitarismo incipiente que habla de verdades y naturaleza frente a convención y humanismo… lo demás es una mierda, o una guerra, y lo saben.
 
Francisco Silvela. 
 
Fuente: https://diario16.com/y-lo-saben/