miércoles, 18 de marzo de 2009

94.- Con los cabreos no se juega.

Como hoy en día hay estudios para todo, hoy os voy a hablar de uno muy curioso que leí el otro día.

Por lo visto a estas alturas del campeonato se cree que enfadarse en el trabajo con más o menos asiduidad no es tan malo como se creía. De hecho, hasta puede ayudar a ascender en nuestra carrera profesional.

Tengo una amiga que dice que su marido estudió en la Universidad de Harvard, y ella cuenta, que con el tiempo se ha hecho un Harvañil de primera y sin cabrearse, y por supuesto os puedo asegurar, que es verdad.

Pues bien, según el psiquiatra George Vaillant de la Escuela de Medicina de Harvard y compañero de universidad del marido de mi amiga, dice que es jodido esto de reprimir nuestras emociones, porque puede dañar nuestra carrera profesional, pudiendo ser esto un gran obstáculo para alcanzar la verdadera felicidad. Eso sí, siempre que no se llegue a una furia descontrolada, porque dicha furia podría ser bastante destructiva. Eso si, antes de que comiences a golpear el ordenador o agredir al jefe, es importante que aprendas a mantener la calma, si no figuraros el pifóstio que se puede armar.

Este señor nos cuenta también, que los que reprimen sus frustraciones son tres veces más proclives a admitir que habían llegado al tope de sus carreras y a aceptar que estaban desilusionados con su vida personal. O sea, que lo que viene a decir este tío, es que para ascender y ser por lo menos jefecillo, hay que estar todo el día bronqueando. ¿No será que hay mucho complejín, pisa cuello, por esta selva por donde nos movemos?

Así que ya sabéis, de ahora en adelante en las comidas y cenas de Navidad brindaremos al final deseándonos unos a otros, que tengamos unas felices fiestas y unos estupendos y respetuosos cabreos.

Ya no se va a ascender en las empresas, ni contratar a la gente por meritos, si no por la mucha capacidad que tengas de cabrearte.

Ya estoy viendo los nuevos currículum: Buena capacidad para cabrearse, y soltar de vez en cuando algunos improperios.

Ahora comprendo porque hay tantos jefes y jefecillos por ahí con cara de estreñido.

Hay que ver como cambian las teorías, hasta hace bien poco se tenía la creencia de que el fumar era símbolo de elegancia e incluso beneficioso para la salud, y ya veis de las cosas que nos enteramos hoy en día sobre el tabaco.

¡¡¡Esto va con segundas para una amiga, que está intentando dejar de fumar!!!

Pues con esta cuestión pasa igual.

Feliz cabreo.

Qatsi.

Enlace noticia: http://www.20minutos.es/noticia/454149/0/enojo/trabajo/enfado/

Enlace fotografía: http://www.zonalibre.org/blog/mitribuurbana/archives/enojo.jpg