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1.- Hábitos sexuales afectivos de sacerdotes.
Un 95% de ellos se masturba, un 60% mantiene relaciones sexuales, un 26% soban a menores, un 20% realiza prácticas de carácter homosexuales, un 12% es exclusivamente homosexual, y un 7% comete abusos sexuales graves a menores.
2.- Preferencias sexuales de los sacerdotes.
Un 53% de ellos preferirían follar con mujeres adultas, un 21% con hombres adultos, un 14% con menores varones, y un 12% con niñas menores.
3.- Edad de inicio de las relaciones sexuales de los sacerdotes.
Un 4% de ellos los inicia entre los 20-24 años, un 24% entre los 25-29 años, un 4% entre los 30-34 años, un 4% entre los 35-39 años, un 16% entre los 40-44 años, un 32% entre los 45-49 años, un 16% entre los 50-54 años.
Y encima a todos estos sacerdotes que cometen todo este tipo de aberraciones sexuales sobre menores, les ampara su Código de Derecho Canónico vigente, así como todas las instrucciones del Papa y de la curia del Vaticano, que obligan a encubrir esos delitos y a proteger al clero delincuente. En consecuencia, los cardenales, obispos y el propio gobierno vaticano practican con plena conciencia el más vergonzoso de los delitos: el encubrimiento.
Y ahora que ya conocemos algunas conclusiones de este estudio, ¿Qué me vas a cantar ahora Cañizares?
Qatsi.
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