martes, 7 de abril de 2009

96.- ¿Quién quiere ser pobre?

Érase una vez una familia bastante acomodada, que vivía en la ciudad.
Los padres muy orgullosos de lo que habían conseguido en la vida, quisieron enseñarle a su hijo como se vivía siendo pobre, para resaltar aún más lo que habían atesorado a lo largo de los años, y que su hijo los valorara todavía más y creciera su grado de admiración hacia ellos.
Para lo cual, eligieron convivir durante tres días completos, con una familia muy humilde, que vivía en una casita en el campo y en lo alto de una sierra.
Cuando hubo terminado la convivencia, y ya de vuelta a la ciudad, los padres le preguntaron a su hijo, por la experiencia vivida.
El hijo pensativo y con la mirada perdida en la lejanía les contestó que había sido una experiencia, que jamás olvidaría en su vida.
Los padres hinchados en su ego por lo que acababan de oír, y para aumentarlo un poco más, le preguntaron a su hijo qué les contara lo que había aprendido.
A lo que el hijo le respondió:
Nosotros disfrutamos de solo un perro y ellos disfrutan de varios, además de ciervos, perdices, conejos, y demás animales que habitan en el monte.
Nosotros vivimos rodeados de insoportables ruidos, prisas, atascos, y ellos viven con la tranquilidad, el sosiego y la paz que transmite el campo.
Nosotros tenemos una piscina con el agua estancada casi todo el año, y ellos tienen un río sin fin, de agua cristalina, donde habitan pececillos, ranas, tortugas y otras especies de gran belleza.
• Nosotros importamos lámparas de Oriente para alumbrar nuestro jardín, mientras que ellos se alumbran con las estrellas y la luna.
• Nuestro patio llega hasta la cerca, y el de ellos llega al horizonte.
• Nosotros compramos nuestra comida, y ellos siembran y cosechan lo que comen.
• Nosotros estamos todo el día respirando humos, y ellos disfrutan de ese agradable olor a campo y de esas aromáticas flores silvestres.
• Nosotros oímos CD's, y ellos escuchan una perpetua sinfonía de jilgueros, ruiseñores, mirlos, ranas, grillos y otros animalillos.
• Nosotros cocinamos en cocinas eléctricas, y ellos todo lo que comen tiene ese glorioso sabor del fogón de leña.
• Para protegernos, nosotros vivimos rodeados de muros, alarmas, puertas de seguridad, y ellos viven con sus puertas abiertas, protegidos por la amistad de sus vecinos.
• Nosotros vivimos enchufados al teléfono, al ordenador, al televisor, a la play, y ellos en cambio, están conectados a la vida, al cielo, al sol, al agua, al verde del monte, a los animales, a sus siembras, a su familia.
Al oír todo aquello, los padres se quedaron estupefactos y perplejos.
Entonces, el hijo sin malicia ninguna, y viendo las caras que se le habían quedado a sus padres, les apostilló:
Os doy las gracias, por haberme enseñado lo pobres que somos.
Qatsi.
Enlaces:
http://www.geocities.com/fedeortiz/historias/historias/ser-pobre.html
http://cvc.cervantes.es/actcult/paisajes/extremadura/ampliacion06.htm

1 comentario:

  1. Anónimo13:32

    07/04/2009 @ 22:48
    Comentario de: Mapupe [Visitante]
    Me ha encantado. Nos llevamos toda la vida queriendo tener más y más y no sabemos valor lo que ya tenemos desde que ponemos los pies en este mundo. Es una buena lección.

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