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Cada día es más difícil saberlo y definirlo, porque la Justicia depende de los valores de una sociedad y de las creencias individuales de cada persona.
Y actualmente ni hay valores morales, ni creencias éticas aptas para confiar en ella.
O sea, aquí se hace lo que les sale de los cojones, al más poderoso.
¿Está capacitada nuestra sociedad para impartir justicia?
¿Es la justicia un cachondeo?
Pues sí, amig@s míos, es un cachondeo.
Por un lado nos demuestra con datos y hechos que es lenta e ineficiente, y por otro lado denuncia la disparidad de criterios, la ausencia de objetivos comunes, el colapso persistente y el deterioro generalizado provocado por la insatisfacción de todos, de quienes la administran desde los juzgados, de quienes la sufren como trabajadores, y de quienes la padecen como ciudadanos.
Está demostrado, que los países bien organizados y con un elevado nivel educativo y cultural necesitan menos Justicia. En España, en sentido contrario, se usa la Justicia como remedio ante el fracaso generalizado de la administración y la sociedad. Esa sería la conclusión final.
La justicia es como las serpientes, solo muerde a los que van descalzos.
Qatsi
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