martes, 25 de mayo de 2010

Para que el olvido no absuelva a los asesinos.

Estos días se conmemora el 65 aniversario de la liberación del antiguo campo de concentración nazi de Mauthausen en Austria, donde más de 7.000 españoles, que huyeron a Francia durante la guerra civil española, fueron capturados y trasladados a este siniestro lugar y asesinados junto a más de 100.000 judíos, gitanos, disidentes políticos y prisioneros de guerra soviéticos, fruto de la política de exterminio llevada a cabo por la Alemania nazi en la II Guerra Mundial.
Durante uno de los actos de conmemoración de la liberación de Mauthausen, el ex Ministro de Exteriores polaco Wladyslaw Bartoszewski, superviviente del campo de exterminio de Auschwitz, instó a no pensar sólo en las víctimas y en los culpables sino también en aquellas personas, que no hicieron nada para evitar las matanzas perpetradas en los campos de concentración. "La indiferencia es el mayor de los pecados", manifestó Bartoszewski.
Este tipo de actos se siguen y se seguirán realizando “per saecula saeculorum”, para que continúe viva la memoria de los ejecutados y asesinados, y el olvido no absuelva a los verdugos.
Podéis comprobar que a casi nadie le molesta este tipo de actos, exceptuando claro está a los asesinos y a todos esos salvajes que participaron y estuvieron de acuerdo con estas masacres, y que todavía andan suelto por ahí, por que la justicia aún no ha podido dar con ellos.
¿Vosotros pensáis que los alemanes consideran que se abren viejas heridas entre la población europea, cada vez que se organiza un acto de este tipo, o salen a la luz fotografías como la que encabeza este post?
¿Puede haber gente sin escrúpulos, que todavía piense que deben de quedar impunes todas estas salvajadas que se cometieron contra millones de inocentes?
Dicen, que la indiferencia y el olvido son las nuevas formas que tenemos los humanos de matar.
Supongo que ya os habréis dado cuenta hacia quienes va dirigido este post. ¿No?
Qatsi.
Fotografía : http://cristalotaku.files.wordpress.com/2008/09/image0071.jpg

jueves, 6 de mayo de 2010

La banda de los reformistas laborales.

Vamos a ver si nos vamos enterando de una puñetera vez, que el verdadero activo de una empresa son sus trabajadores, que son los que diariamente se esfuerzan en sacar el trabajo adelante, y no el patrimonio más o menos grande que puedan tener dichas empresas. Aquí es donde falla buena parte del empresariado español.
¿Qué intenciones tienen estos tíos con eso de abaratar más aún el despido?
¿Crear millones de puestos de asustados, como dice la viñeta de El Roto?
Dicen que en los países más avanzados de Europa, el despido es casi libre, y en esto se basan para querer hacerlo también aquí en España, pero esta gente tiene que saber también que el empresariado de estos países del centro y norte de Europa está educado para reconocer que los principales activos de sus empresas son los trabajadores. Por esta razón en estos países no han aprovechado nunca, ni aprovecharán estas crisis cíclicas económicas que se dan cada cierto tiempo, para deshacerse de trabajadores a diestro y siniestro, como ha ocurrido otras veces y como está ocurriendo actualmente aquí en España, y eso sin despido libre, que si no apañaos estaríamos muchos.
A toda esta patulea, yo les llamo negociantes, porque de empresarios tienen muy poquito. Ya podían levantar sus voces los verdaderos empresarios en contra de toda esta basura, que lo único que hace es desprestigiarlos a ellos y al sistema productivo español.
Con esta crisis económica tan bestial que estamos padeciendo, nos hemos podido dar cuenta que muchos de estos negociantes han estado funcionando bajo una nube de avaricia desmesurada, que se ha ido agudizando a medida que avanzaba esta crisis, y esta codicia les ha llevado en algunos casos a recoger velas llevándose con ellos las alforjas repletas de dinero, o en otros casos a prescindir en muchos casos de trabajadores que de aquí para atrás eran perfectamente válidos y competentes. Esta situación siempre les suele tocar a los más antiguos, que son a la vez los que más cobran. Para ello han utilizado indebidamente algunos de los mecanismos que existen en el mercado laboral para aquellos que realmente le hacen falta, como por ejemplo son los ERE´s, para encubrir despidos improcedentes y hacerlos procedentes soltando cuatro euros.
A mi me gustaría saber, cuantos parados habría en nuestro país en estos momentos si el despido de trabajadores se hubiera liberado hace un par de años.
Yo reconozco que tenemos la desgracia de vivir en un país de pillos y sinvergüenzas, con una cultura y educación basados en la picaresca, la pillería y la golfería, y claro está, ni los trabajadores se fían de muchos empresarios, ni los empresarios se fían de muchos trabajadores, por lo tanto entiendo que debe de existir mecanismos de defensa para toda esa legión de personas honradas y cabales que pululan por todo el territorio español ya sean trabajadores o empresarios, para cuando caigan en manos de todos esos pillos y golfos que desgraciadamente amueblan nuestro país, no se sientan desprotegidos.
Los españoles tenemos la egoísta costumbre de coger solo la parte que nos conviene de aquellos sistemas de funcionamiento que existen en otros países más avanzados. Y desechar la parte que no nos interesa. Pero yo les pregunto a esos que quieren abaratar el despido:
¿Los convenios vigentes de la construcción de esos países como Alemania, Francia, Bélgica, Holanda, Suecia, Noruega, etc, permiten que un Ingeniero cobre 965 € al mes según nuestro convenio, y que además lo firman sindicatos, empresarios y gobernantes año tras año y sin cortarse un pelo? Pues vamos a comenzar por el principio, y no nos toquéis más los polvorones, por favor.
Además, ¿qué podemos esperar de un golfo como Díaz Ferrán, presidente de la CEOE y sus secuaces?
Qatsi.
Viñeta de El Roto.

domingo, 2 de mayo de 2010

Disculpen la molestia: armados contra los pobres. (Eduardo Galeano)

Si la justicia internacional de veras existe, ¿por qué nunca se juzga a los poderosos? No van presos los autores de las más feroces carnicerías. ¿Será porque son ellos quienes tienen las llaves de las cárceles?
¿Por qué son intocables las cinco potencias que tienen derecho de veto en Naciones Unidas? ¿Ese derecho tiene origen divino? ¿Velan por la paz los que hacen el negocio de la guerra? ¿Es justo que la paz mundial esté a cargo de las cinco potencias que son las principales productoras de armas? Sin despreciar a los narcotraficantes, ¿no es éste también un caso de “crimen organizado”?
Pero no demandan castigo contra los amos del mundo los clamores de quienes exigen, en todas partes, la pena de muerte. Faltaba más. Los clamores claman contra los asesinos que usan navajas, no contra los que usan misiles.
Y uno se pregunta: ya que esos justicieros están tan locos de ganas de matar, ¿por qué no exigen la pena de muerte contra la injusticia social? ¿Es justo un mundo que cada minuto destina 3 millones de dólares a los gastos militares, mientras cada minuto mueren 15 niños por hambre o enfermedad curable? ¿Contra quién se arma, hasta los dientes, la llamada comunidad internacional? ¿Contra la pobreza o contra los pobres?
¿Por qué los fervorosos de la pena capital no exigen la pena de muerte contra los valores de la sociedad de consumo, que cotidianamente atentan contra la seguridad pública? ¿O acaso no invita al crimen el bombardeo de la publicidad que aturde a millones y millones de jóvenes desempleados, o mal pagados, repitiéndoles noche y día que ser es tener, tener un automóvil, tener zapatos de marca, tener, tener, y quien no tiene, no es?
¿Y por qué no se implanta la pena de muerte contra la muerte? El mundo está organizado al servicio de la muerte. ¿O no fabrica muerte la industria militar, que devora la mayor parte de nuestros recursos y buena parte de nuestras energías? Los amos del mundo sólo condenan la violencia cuando la ejercen otros. Y este monopolio de la violencia se traduce en un hecho inexplicable para los extraterrestres, y también insoportable para los terrestres que todavía queremos, contra toda evidencia, sobrevivir: los humanos somos los únicos animales especializados en el exterminio mutuo, y hemos desarrollado una tecnología de la destrucción que está aniquilando, de paso, al planeta y a todos sus habitantes.
Esa tecnología se alimenta del miedo. Es el miedo quien fabrica los enemigos que justifican el derroche militar y policial. Y en tren de implantar la pena de muerte, ¿qué tal si condenamos a muerte al miedo? ¿No sería sano acabar con esta dictadura universal de los asustadores profesionales? Los sembradores de pánicos nos condenan a la soledad, nos prohíben la solidaridad: sálvese quien pueda, aplastaos los unos a los otros, el prójimo es siempre un peligro que acecha, ojo, mucho cuidado, éste te robará, aquél te violará, ese cochecito de bebé esconde una bomba musulmana y si esa mujer te mira, esa vecina de aspecto inocente, es seguro que te contagia la peste porcina.
Eduardo Galeano. Escritor y periodista.
Viñeta de El Roto.