sábado, 13 de enero de 2007

15.- Manipulación informativa.

Estaban dos niños jugando al fútbol en una plaza de Madrid. De repente, uno de los chicos fue atacado por un feroz perro rottweiler. El otro niño, para defender a su amigo, arrancó una tabla de la valla de madera, que había en la plaza y le propinó un golpe mortal al peligroso y enfurecido perro.
Un reportero de una emisora de radio que pasaba por allí, observó la escena y decidió entrevistar al valiente niño, todo un héroe:
- Ya en antena el reportero lo presenta. Tenemos con nosotros un valiente fan del Real Madrid que acaba de salvar a su amiguito de las fauces de un agresivo perro, dice el reportero.
- Yo no soy del Real Madrid, replicó el niño.
- Perdona chaval, como estamos en Madrid, creí que lo eras, contestó el reportero. Y empezó de nuevo su crónica:
- Os decía, que tenemos con nosotros un valiente seguidor del Atlético de Madrid que acaba de salvar a su amigo del feroz ataque de un rottweiler rabioso...
- Tampoco soy del Atlético, contestó el pequeño.
- ¿Entonces de qué equipo eres?, preguntó el reportero.
- Del Barça, contestó.
El reportero, sorprendido, repitió de nuevo su crónica, pero esta vez cambió la presentación:
- Os decía a los oyentes, que tenemos con nosotros un joven radical, separatista, catalán, probablemente comunista también, que estaba destrozando el mobiliario urbano de Madrid y que acaba de asesinar vilmente a un pacífico e indefenso animal...
Esto no deja de ser un cuento, pero este episodio de manipulación ocurre todos los días con todas las noticias, que se emiten en las distintas emisoras de radio, televisión y prensa escrita. Me vais a llamar masoquista, pero soy de las personas que diariamente escucho las noticias en tres emisoras de radio diferentes y en dos o tres cadenas de televisión distintas, también leo los titulares y los artículos más interesantes de la prensa en Internet. Y créanme, este cuento que debería ser una anécdota o un chiste malo, es la triste realidad. Si estos tipejos se escucharan y se leyeran unos a otros, indudablemente se sentirían patéticos y ridículos.
La radio y sobre todo la televisión, les han dado a los expertos en publicidad y más recientemente a los manipuladores de la opinión pública, una poderosa herramienta con la que gradualmente han ido desgastando el significado de la palabra verdad. El balance entre verdad, verdades a medias y mentiras descaradas en estos medios de comunicación, se ha inclinado definitivamente hacia esto último, si esto sigue tal cual, dentro de unos años esta palabra perderá su verdadero significado.
Estos medios son tan poderosos que están creando opiniones, condicionando muchos aspectos de nuestras vidas: desde nuestras relaciones personales y colectivas, pasando por nuestras creencias religiosas, políticas... hasta nuestras preferencias en espectáculos, deportes y demás gustos personales.
Los principales responsables de esta situación, son estos personajillos públicos, mal llamados políticos, que han ido imponiendo su poder, sus intereses políticos y económicos intentando desviar nuestra atención hacia otras cosas o situaciones, para tapar sus vergüenzas o las de otros. Por desgracia, cada vez queda menos gente con criterios propios e independientes.
Muchos ciudadanos empezamos a estar hartos de estos medios de desinformación y personajillos públicos.
Esto es solamente una reflexión, y va dedicada solo para aquellas personas, que se resisten a dejarse manipular.
Qatsi.

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