viernes, 25 de septiembre de 2009

Huida silenciosa.

La huida era intensa y muy angustiosa, no sabía exactamente de quien o de que intentaba escapar, pero podía intuir que pronto lo atraparían. Los obstáculos que se iba encontrado eran frases sueltas, que se agolpaban en su cabeza y que no lo dejaban pensar con claridad. Preguntas y respuestas, que no comprendía, lo desorientaban y le incapacitaban para tomar alguna decisión. Esos espacios vacíos por los que corría se le hacían eternos y cada vez más insufribles.
Tenía claro que aquello, que le perseguía con tanta ansiedad, acabaría por provocarle el colapso total.
De pronto se paró.
Jadeante y sin aliento miró hacia abajo. Sintió un miedo terrible, cuando se vio justo al borde de un precipicio. Ya no podía dar marcha atrás, y sin pensarlo se lanzó al vacío.
Su mente comenzó a liberarse de aquella tensión tan insoportable, a la que estaba sometido. Sentía el aire de la noche que le acariciaba su desnudo cuerpo, y por unos instantes sintió solo paz, silencio y equilibrio.
De pronto, ¡Paf!
Aquella agradable sensación de libertad había acabado.
Como todos los días, se despertaba a la misma hora. A veces se quedaba en la cama inmóvil, como muerto, durante unos minutos. Saboreaba aquellos momentos de somnolencia, como si la vida le fuese a dar otra oportunidad.
Sin querer abrir los ojos, sentía que otro día se le echaría encima, y entonces comenzaba a animarse recordando tiempos mejores. Sabía que era lo único que podía animarlo hasta que se pudiera anestesiar otra vez con aquellos fármacos, que ingería y que lo devolvían a aquel estado cataléptico durante la mayor parte del día.
Ya pasaron esos años de felicidad y de amor, que jamás podrán ser ni retornados, ni recuperados.
Al amanecer lo encontraron tirado en la calle, con la cabeza destrozada y al lado de un gran charco de sangre. Su mano derecha apretaba una fotografía de su hijo.
Qatsi.

La pintura es "La Huida" de Aldo Ciccione (Chacal). http://www.aldochacal.com.ar/

miércoles, 23 de septiembre de 2009

La intolerable doble moral de nuestra sociedad.

Desde luego las cifras son demoledoras. Se calcula que entre 40.000 y 50.000 mujeres son maltratadas y explotadas sexualmente cada año en España, sometidas por traficantes y proxenetas sin escrúpulos, que no dudan incluso en utilizar a menores, y encima les ayudamos a lucrarse, visitando esos putiferios de mierda repartidos por todo el país, haciéndoles ganar a estos traficantes y proxenetas millones y millones de euros. Esta nueva y moderna forma de esclavitud, es mantenida por muchos sectores de nuestra sociedad, que con su hipocresía miran hacia otro lado, sin importarles lo más mínimo toda esta barbarie, que se está cometiendo con todas estas chicas, y además delante de nuestras narices.
Ayer, una vez más dejamos pasar otra oportunidad, para comenzar de una puñetera vez a arreglar esta brutalidad, cuando todos, y digo todos los grupos parlamentarios rechazaron una moción, que aunque no era para tirar cohetes, iba a solicitar al gobierno una serie de iniciativas para intentar proteger un poco más a estas chicas, y así poder comenzar a dar los primeros pasos para legalizar la prostitución en España, como ya han hecho otros países europeos, donde esos abundantes puretas de calle que existen en nuestro país, ya están casi totalmente extinguidos.
Esa actitud nos hace pensar a muchos, que nuestros políticos son los que más frecuentan estos putiferios, y como tampoco se hace nada por perseguir al cliente que solicita esos servicios sexuales, tienen manga ancha para comprar con nuestros dineros este tipo de servicios sin correr ningún tipo de riesgos, contribuyendo a la vez a fomentar esa explotación y esclavitud a la que están sometidas todas esas pobres chicas y niñas menores de edad. Ya deben de tener estómago todos aquellos que frecuentan estos sitios, sabiendo todo lo que se cuece, ¿verdad?
Pues bien, os voy a decir a todos esos puretillas, apostólicos y románicos de siempre, como se puede solucionar toda esta crueldad, y para ello les invito a que echen una mirada hacia el modelo sueco, el único modelo que ha sido capaz de erradicar hasta el momento, y casi por completo, esta forma de explotación y esclavitud moderna en Suecia. No nos tenemos ni que inventar nada, pues ya lo han hecho estos que son mucho más lúcidos que nosotros. Solo tenemos que copiarlo.
Fijaros que fácil lo han hecho: “Penalizan la compra de servicios sexuales y despenalizan la venta de dichos servicios”. Más simple y más fácil imposible. Lo que pasa, es que aquí hacen falta muchos más güevos y ovarios de los que hay actualmente. ¿No os parece?
Esta es la mejor solución para que todas esas miles de chicas puedan salir del pozo donde las hemos metido entre todos.
Aquí, de lo que se trata es de que la mujer que decida practicar la prostitución, lo haga libremente y por que quiera, sin que sean maltratadas, vejadas, injuriadas, violadas, explotadas, engañadas, utilizadas, menospreciadas, insultadas,……
Claro, que para que esto ocurra, tendremos primero que comenzar de una vez por todas, a enterrar esa intolerable e hipócrita doble moral, que por desgracia está tan extendida dentro de nuestra sociedad.
Qatsi.

Fotografía: Sutil pero directa publicidad de Amnistía Internacional en contra de la prostitución infantil.