sábado, 24 de febrero de 2007

20.- Mobbing.

Hace unos días, una buena amiga me contaba, que sus compañeros estaban intentando hacerle mobbing en el trabajo. Lo que pasa es que en este caso particular, esta gentuza tiene menos porvenir, que un traficante de alpiste. Porque con esta chica, no creo que puedan. Desgraciadamente no todo el mundo tiene la misma suerte, por eso esta reflexión va dedicada a intentar fortalecer la autoestima de aquellas personas, que sufren este acoso por parte de sus jefes o compañeros.
Por supuesto, el mobbing es un fenómeno laboral, que necesita una serie de requisitos para que se pueda dar, y que no acontece en todo tipo de ambientes. Una empresa con una buena organización en los puestos de trabajo, y con unos superiores controlando lo que ocurre y preocupándose del ambiente laboral, no va a ser proclive a este fenómeno, puesto que las circunstancias impiden el desarrollo de éste.
Las típicas empresas en las que sus encargaduchos de sección y jefecillos intermedios campan a sus anchas practicando mobbing, son las que tienen una desorganización bastante bien organizada, valoran mucho la hora de salida, no tienen en cuenta ni el cómo ni el porqué de muchas circunstancias personales que puedan ocurrir a sus trabajadores, tienen una gran desconexión entre los puestos intermedios, y sólo se miran las ventas, los resultados económicos y las medallas que cada uno se pueda colgar.
Cualquier jefecillo de sección puede comenzar con el acoso y hacer que el resto del equipo le siga. A veces la persona acosada se encuentra sin recursos de actuación, puesto que los jefes superiores son los promotores de este acoso, o simplemente no quieren saber nada, mientras la cuenta de resultados sea satisfactoria. En muchos casos nadie se quiere enterar de lo que está pasando. El acto más frecuente de estos acosadores es divulgar a los cuatro vientos y magnificar los errores del acosado, para que les resulte muy difícil que su versión sea creíble delante de sus directores, superiores o ante sus mismos compañeros, los cuales algunos apoyarán de puertas para afuera, porque dentro sería muy complicado, puesto que sería ir en contra de la norma estipulada.
Aunque es más fácil pensar que el acoso se ejerza entre superior y empleado, no siempre ocurre así, tengamos en cuenta que muchos empleados se vuelven imprescindibles para el buen funcionamiento de determinados sectores de la empresa, con lo cual mantienen a sus superiores en un callejón sin salida, aunque no estén de acuerdo con sus acciones, estos callan y se someten ante el miedo a que se marchen. Realmente un acosador sea de la índole que sea, siempre va a buscar a su víctima entre personas que tienen algo que perder con su actitud, y el miedo a esa pérdida es el que les mantendrá sometidos. Por lo tanto, el mobbing es un fenómeno que aparece en todos los niveles jerárquicos de la empresa y con un carácter multidireccional.
Tened siempre en cuenta que en muchos casos, el acosador sólo no hace nada, porque suele ser bastante cobarde, pero también manipulador. Muchas veces solo ataca cuando un grupo le da cobertura, suele ser un perverso narcisista, muy mediocre, inseguro, miedoso, resentido, frustrado, envidioso, egoista y con una baja autoestima, que se refugia en una coraza de superioridad para mantenerse fuerte, si eres capaz de desmontar esa coraza habrás ganado y lo tendrás comiendo en la palma de tu mano. Por otra parte estos energúmenos, están necesitados de admiración, reconocimiento y protagonismo y lo que quieren es figurar, ascender y aparentar.
Por otro lado, si tú comienzas a ver a esta persona como alguien cobarde, débil, mediocre, inseguro y miedoso, ganarás mucho en fortaleza y en confianza, porque estos tipos son realmente así, no te estás inventando nada y no son mejores que tú. Si fomentas esa idea en tu mente te aseguro que podrás con él. Además, otra buena medicina para estos tipejos, es la indiferencia total y soltarle de vez en cuando y sin venir a cuento, alguna que otra sonrisa irónica y socarrona. Esto no mata, pero desmoraliza un montón.
Como último recurso, siempre queda reunir las suficientes pruebas y denunciarlo ante las autoridades competentes y sindicatos, según se recoge en la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, Ley 31/1995, o ponerse en contacto con PECAL-Plataforma Extremeña Contra el Acoso Laboral
C/ Moret nº 8 1ºCáceres
Tlfnos: 927 222 058 - 670 666 266 - 616 614 920 - 687 652 082
e-mail: pecalcc@wanadoo.es
Desde aquí, les mando muchísimos ánimos a todas las personas, que estén sufriendo este tipo de agresión y un buen corte de mangas con peineta incluida para los agresores.
Quedémonos con la frase de Eduardo Chillida: "Una persona tiene que tener siempre el nivel de la dignidad, por encima del nivel del miedo".
Qatsi.

1 comentario:

  1. Anónimo20:05

    15/03/2007 @ 21:49
    Comentario de: Una amiga [Visitante]
    Yo no lo habría explicado mejor. Suerte y ánimo para todos aquellos que puedan estar en esta situación, pensad que hay un mundo por descubrir fuera de las mazmorras que os tienen "acorralados", salid y disfrutarlo.

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